Obatalá tenía una hija muy bella, dulce y sencilla, que era la
felicidad del padre..Esta hija tenía tres enamorados: Ikú, Aro y
Ofo..Como es de suponer, Obatalá estaba ente un espinoso dilema. pues
si daba la mano de su hija a uno de ellos, los otros dos se
vengarían..Por ello, su elección, cualquiera que fuese, ponía en
peligro la vida de su hija, tan querida para él..Obatalá se convirtió
en paloma y se posó en un árbol frondoso de flores multicolores que
representaban todas las virtudes de que gozaba su reinado, y se
sintió muy desgraciado..Así pensando, quedo sumido en un profundo
sueño..Cuando despertó, le vino a la mente todo lo soñado y se
apresuro a emitir un bando para todo su reino, el cual decía: ¨Quién
me traiga un abani, se casará con mí hija¨..En esos tiempos, los
abani eran muy escasos y difíciles de cazar.. En el mismo bosque
intrincado que rodeaba al palacio, vivía un sitiero quien adoraba en
el silencio a la hija de Obatalá y había decidido llevarle el abani
solicitado, pero consultó antes su decisión con Orula..La consulta
resultó en este Ifá, que le mandaba a hacer ebbó con babosas,
cascarilla, merengue, achó fun fun y un palo de su tamaño, y le
recomendó que después fuera al monte a cantar..Así lo hizo el sitiero
y su canto era tan dulce y melodioso que sus ecos parecían suaves
voces venidas de otro mundo..Ikú, quien venía por el sendero, se paró
a oír, pués también había leído el bando y traía en un saco el tan
ansiado abani..Extasiado, dejó caer el saco y quedo como
petrificado..El sitiero aprovechó su trance, recogió el saco, y se lo
llevó de inmediato a Obatalá, quien le concedió a su hija en
matrimonio.. Esto le sucedió al buen hombre por los consejos siempre
sabios de Orula..Y por mandato de Obatalá, Orula, Echú y Oggún,
quedarón atrapados Ikú, Aro y Ofo sin poder hacer daño...Maferefun
Obatalá, Maferefun los orishas todos los días.......