29 sept 2009

LA LLEGADA DE ESU ELEGBARA AL MUNDO

Cuando Òsànlá estaba trabajando en la creación de los Seres Humanos, Orunmilá (que pensaba partir para el mundo de los humanos) le pidió a éste que le concediera un hijo. Al tiempo éste pasó por el palacio de Òsànlá y vió con sorpresa que éste aún no había terminado su encargo, algo típico en Òsànlá, quien le manifestó que tuviera un poco de paciencia, porque aún no había tenido tiempo. Sin embargo, Orunmilá estando muy impaciente, insistió y pidió a Òsànlá que no le permitiera llegar sólo al Aiyé (mundo material) y que por lo menos le permitiera llevarse una forma de vida que estaba sentada en el lado izquierdo de la entrada del palacio. Òsànlá trató en vano de hacer entender a Orunmilá que sería imposible criar ese niño en la Tierra, aunque después de los muchos ruegos del orishá dueño de la adivinación terminó por acceder.
Òsànlá le explico que no podía llevarse al niño en ese momento, que lo tocara y que se fuera a la Tierra a tener relaciones con su esposa. Luego de esto, nació un niño a los 12 meses y lo llamaron Èsú-Elégbára, cuyo nombre significa “Señor del poder de la transformación”. Desde el momento de nacer Èsú-Elégbára hablaba, caminaba, pero fundamentalmente comía, siendo poseedor de un apetito tan voraz que aparte del alimento que le daban sus padres se comía todo lo que conseguía: animales, plantas, piedras, etc. Comiendo todo lo que estaba a su alcance en la casa y cuando ya no le quedó nada que comer se comió a su propia madre.
Cuando Orunmilá se dió cuenta de lo que sucedía entendió el por qué de las negativas de Òsànlá y trató de dar solución al problema armándose con una espada para matarlo, pero en un descuido Èsú-Elégbára trató de comérselo también a él y aprovechando esto Orunmilá le cortó el cuerpo en doscientos pedazos. Esta acción no detuvo a Èsú-Elégbára, por el contrario cada pedazo se convirtió en un nuevo Èsú, con personalidad propia y diferente a los demás. Seguidamente todos los Èsú-Elégbára creados a partir de la furia de Orunmilá huyeron hacia el Orun (el Más Allá) mientras Orunmilá los perseguía blandiendo la espada.
Al llegar a los confines del Orun y quedar acorralados, los Èsú-Elégbára decidieron hacer un pacto con su padre. El pacto consistió en que Orunmilá los perdonaría y ellos a cambio lo ayudarían con Ifá en el momento en que él los necesitara, esto fue aceptado por el Orishá pero antes deberían devolver a su madre y todo lo que habían comido. Desde ese momento Èsú-Elégbára, con todos sus caminos o manifestaciones, comenzó a trabajar con Orunmilá y todo volvió a la normalidad en la ciudad de Iworo.

UN ODU SOBRE EXÚ:

Para obtener una gran fortuna, enviaron a Esú a realizar un Ebó con gallos, un tallo amarrado con cuentas, buzios y otras cosas. Hecho todo conforme a lo indicado, Esú siguió hacia la ciudad de Ijebu. Cuando llegó a dicha ciudad, fué a hospedarse en la casa de una persona importante. La costumbre del lugar era que culaquier persona venida de afuera se hospedase en el palacio del jefe de la comunidad, más aquí sucedió diferente. En vez del palacio, Esú se hospedó en la casa de un importante mercader del lugar.Estando hospedado en el domicilio referido, a altas horas de la noche Esú se levantó bien despacio, fué al jardín como quien va a orinar y de vuelta, prendió un fósforo en las pajas del tejado, provocando un gran incendio que consumió toda la casa.Entonces Esú, haciéndose el inocente, se puso a gritar socorro para que allí fueran pues, decía, habían perdido todo, toda su gran fortuna que estaba guardada en una escultura dentro de la casa incendiada. De hecho, él mismo le había entregado sus haberes al dueño de casa que los guardó allí, en la presencia de muchas personas del lugar.Con todo ese alarido, las cosas se tornaron tan alarmantes que pronto llegaron a oídos del rey del lugar que sin perdida de tiempo, se trasladó al lugar del siniestro. Todos los moradores de la vecindad testimoniaron delante del rey que de hecho, eran de incalculable valor los objetos que Esú trajera para ese territorio.Entonces el rey, sin perdida de tiempo , mandó que se paguase una indemnización a Esú. Mas como en toda la ciudad no había dinero suficiente para pagar la indemnización, propuso que Esú permaneciera de ahora en adelante, como rey de la ciudad, pues no sabía como armonizar las cosas de manera diferente.De aquel día en adelante, permaneció Esu siendo el jefe de la ciudad de Ijebu y todos los habitantes se tornaron siervos suyos.

28 sept 2009

Esu y Oori





Cuando Èsú concluyo sus planes para seguir a los Òrìsà a la tierra, fue a consultar a Òrúnmìlà. Èste le aconsejó que realizara sacrificios a su propia alma, es decir así mismo, para evitar enfrentamientos que Èl no iba a poder dominar. Tenía que servir a su alma con un cabrito, porque al ser Èsú el dueño del dinamismo y el movimiento, toda ofrenda para que sea efectiva y llegue a destino, es necesaria la intervención de Èsú, y aún Él mismo, debe hacerse ofrendas. Èsú se pregunto si había alguna fuerza en el Òrún (Cielo) y en Aiyé (Tierra) superior a Él. Se burló de Òrúnmìlà y se rehusó a realizar el sacrificio.Después de eso, partió rumbo a la Tierra, con la determiunación de destruir cualquier divindad o mortal que se atreviera a cruzarse en su camino para entorpecerlo.Al llegar al mundo se estableció un campo y lo cultivó. Pronto comenzó a dar sus frutos, antes que los campos de los demás.El hecho de que su campo fuera el primero en dar frutos, otros comenzaron a robar de su campo. Èsú, sin embargo , se pregunto quién podía tener el coraje de robar su campo. Sin saberlo, era su propio homologo primigenio el Òorì (cocodrilo), quien le estaba robando. Òorì tenía varios hijos y también había sido aconsejado, anteriormente, de servir a Èsú con un cabrito. Además, Òorì fue aconsejado de preparar un fiesta para los niños pequeños, lo cual hizo, mientras seguía a dar un cabrito a Èsú. Èsú se dedico a investigar, y cuando descubrió la ruta que el intruso tomaba para robar en su campo, tendió una trampa en ella. Durante la próxima visita que realizó Òorì al campo de Èsú , cayó en la trampa que estaba preparada. Cuando se dió cuenta que era una trampa muy fuerte, decidió no poner ninguna resistencia. Se quedó inmovil en la trampa en la que había caído. A la mañana siguiente, Èsú partió para ver su trampa.Cuando vió que el que había caído en ella era Òorì, lo acuso de ser el ladron que solía robar de su campo. Òorì se quedó callado porque las moscas ya estaban volando alrededor de él. Èsú levanto un misil y se lo arrojo a Òorì, astutamente este pretendió hacerse el muerto. Caundo no hubo más movimientos, Èsú supuso que estaba muerto. Sin embargo, cuando Èsú avanzópara dopblar el arco de la trampa , para poder remover a la víctima de ésta, Òorì se apode´rò del machete de Èsú, y lo arrojo lejos, y en ese momento se entrelazaron. Durante la lucha que siguió, arrancaron la trampa. Òo´rì trato de tirar a Èsú dentro del agua ,mientras Èsú trato de empujar a Òorì devuelta a la tierra. Después de una larga lucha, los niños a los cuales Òorì habìa realizado una fiesta, olleron por casualidad , los gemidos de los gigantes, y estaban curiosos por averiguar que era lo que sucedía. Cuando los niños, eventualmente vieron quien estaba peleando con su benefactor , se metieron dentro de los ojos de Èsú. Como Èsú comenzo a utilizar sus manos para alejar a los niños de sus ojos, Òorì tuvo la oportunidad de meterse en la profundidad del río. Pues, escapo de la ira de Èsú, quien después de recuperar su machete regresó a su casa abatido. Esú Al llegar a su casa, le pidió a su hijo, “falsedad”, que le traiga agua para beber. Cuando el hijo no apareció a tiempo con el agua, Èsú le pego en la cabeza y el hijo murió instantaneamente. Fue en ese instante que Èsú recordó del sacrificio que oportunamente Òrúnmìlà le había aconsejado realizar. Con retrazo finalmente realizó el sacrificio a su propia alma, es decir así mismo

Èsú-Elégbára


Orunmilá pensaba partir para el mundo de los humanos) le pidió a éste que le concediera un hijo. Al tiempo éste pasó por el palacio de Òsànlá y vió con sorpresa que éste aún no había terminado su encargo, algo típico en Òsànlá, quien le manifestó que tuviera un poco de paciencia, porque aún no había tenido tiempo. Sin embargo, Orunmilá estando muy impaciente, insistió y pidió a Òsànlá que no le permitiera llegar sólo al Aiyé (mundo material) y que por lo menos le permitiera llevarse una forma de vida que estaba sentada en el lado izquierdo de la entrada del palacio. Òsànlá trató en vano de hacer entender a Orunmilá que sería imposible criar ese niño en la Tierra, aunque después de los muchos ruegos del orishá dueño de la adivinación terminó por acceder.
Òsànlá le explico que no podía llevarse al niño en ese momento, que lo tocara y que se fuera a la Tierra a tener relaciones con su esposa. Luego de esto, nació un niño a los 12 meses y lo llamaron Èsú-Elégbára, cuyo nombre significa “Señor del poder de la transformación”. Desde el momento de nacer Èsú-Elégbára hablaba, caminaba, pero fundamentalmente comía, siendo poseedor de un apetito tan voraz que aparte del alimento que le daban sus padres se comía todo lo que conseguía: animales, plantas, piedras, etc. Comiendo todo lo que estaba a su alcance en la casa y cuando ya no le quedó nada que comer se comió a su propia madre.
Cuando Orunmilá se dió cuenta de lo que sucedía entendió el por qué de las negativas de Òsànlá y trató de dar solución al problema armándose con una espada para matarlo, pero en un descuido Èsú-Elégbára trató de comérselo también a él y aprovechando esto Orunmilá le cortó el cuerpo en doscientos pedazos. Esta acción no detuvo a Èsú-Elégbára, por el contrario cada pedazo se convirtió en un nuevo Èsú, con personalidad propia y diferente a los demás. Seguidamente todos los Èsú-Elégbára creados a partir de la furia de Orunmilá huyeron hacia el Orun (el Más Allá) mientras Orunmilá los perseguía blandiendo la espada.
Al llegar a los confines del Orun y quedar acorralados, los Èsú-Elégbára decidieron hacer un pacto con su padre. El pacto consistió en que Orunmilá los perdonaría y ellos a cambio lo ayudarían con Ifá en el momento en que él los necesitara, esto fue aceptado por el Orishá pero antes deberían devolver a su madre y todo lo que habían comido. Desde ese momento Èsú-Elégbára, con todos sus caminos o manifestaciones, comenzó a trabajar con Orunmilá y todo volvió a la normalidad en la ciudad de Iworo.

El Gorro de Eshu

La leyenda cuenta que un poblado habían dos amigos que tenían sus campos respectivos lindantes, eran entrañables amigos y estaban de acuerdo en todo. Compartían sin mezquindad el mismo brazo del río eran tan amigos que despertaban la envidia de los demás pobladores.
Cierto día Esú les jugó una broma, para eso se puso un bonete, un gorro en forma de cono con la mitad pintada de blanco y la otra de rojo. Esú comenzó a pasearse por el límite de los dos campos en donde estos dos amigos trabajaban cada uno en su campo.
Les llamó la atención y uno le dice al otro ¿has visto a ese extraño hombre con el bonete rojo?, y el amigo le contesta -tú habrás visto mal el bonete que llevaba era blanco-. Y como cada uno estaba en lo cierto en lo que había visto, le increpaba que decía la verdad y que el otro estaba equivocado y pelearon como no lo habían hecho nunca.
Luego apareció Esú para decirles a ambos que era solamente una broma que él les había hecho y que los dos tenían razón,eso era porque Esu estaba enojado porque no lo atendian entonces quiso demostrar que el pude hacer enemistar y sembrar discordia,adonde creen que hay amistad..........

30 oct 2008

Iyamíoyà en Bahia

Bahia de todos los Santos

Ile wa ti Oya

6 jun 2008

Leyenda o Pattaki de Yemonja

16 may 2007

Una leyenda mas.......

Al llegar a su casa, Òrúnmìlà reflexionó sobre el incidente y quiso saber quienes realmente obraban de buena fe entre sus conocidos, siendo de hecho, un amigo de verdad. Pensó entonces en un plan para descubrir los falsos amigos. Envió mensajes con la noticia de que había muerto y se escondió atrás de la casa, donde no podía ser visto. Y allí Òrúnmìlà esperó.
Al cabo de unas horas, uno de sus acompañantes vino a expresar su pesar. El hombre lamentó lo sucedido diciendo haber sido un gran amigo de Òrúnmìlà al cual muchas veces lo ayudara con dinero. Dijo aún, que por gratitud, Òrúnmìlà le había dejado los instrumentos de adivinación. La esposa de Òrúnmìlà pareció comprenderlo, pero le dijo que la bolsa con los instrumentos había desaparecido. Y el hombre se fue de la casa frustrado. Otro hombre vino llorando y con artimañas pidió la misma cosa y también se tuvo que ir con las manos vacías. Y así sucesivamente, todos los que llegaban deseaban quedarse con la bolsa que contenía los instrumentos de adivinación.Hasta que llegó Èshù, el cual también lamentó profundamente la muerte del amigo. Pero dijo que la tristeza mayor sería de la esposa, que no tendría a quien cocinarle. Ella concordó y preguntó si Òrúnmìlà no le debía nada. Èshù dijo que no. La esposa volvió a insistir preguntando a Èshù si no quería los instrumentos de adivinación. Èshù negó otra vez un tanto desubicado ante la pregunta. En ese momento entró Òrúnmìlà en la sala diciendo: " Èshù, tú eres realmente un verdadero amigo!”. Despues de eso nunca hubieron amigos tan íntimos, ni tan unidos como Èshù y Òrúnmìlà.
Esta leyenda enseña que los amigos verdaderos son aquellos que se preocupan por nosotros sin condiciones ni interés, tan solo porque desean vernos bien y nuestro bienestar es el suyo.
Àshe, àshe, àshe o!

22 ene 2007



Cuenta un patakí o leyenda de Ifá que, iracundo con sus hijos al saber que Oggún había querido fornicar con su propia madre, Obatalá ordenó matar a todos los varones existentes sobre la tierra.


Cuando nació Changó, el compasivo Elegguá se lo llevó escondido a su hermana mayor Dadá, para que lo criara. Poco después nació Orula y, con el mismo propósito de salvarlo, Elegguá lo enterró al pie de la ceiba y le llevaba comida todos los días.
Pasó el tiempo y un día Obatalá enfermó. Elegguá buscó corriendo a Changó para que lo curara. Cuando el gran curandero resolvió el problema de su padre, Elegguá aprovechó la ocasión para implorar de Obatalá el perdón de Orula. El perdón fue concedido y entonces Changó, lleno de alegría, cortó la ceiba, labró un tablero espléndido y le dio a su hermano Orula el secreto de la adivinación. Desde entonces Orula es el dueño del tablero, el adivinador del futuro y el consejero de los hombres, además de ser el intérprete del oráculo de Ifá.
La palabra Ifá significa para muchos: "Lo que marca el tiempo para usted". En Nigeria su significado es: "Buena Suerte, ganancia, progreso" o también, "Dios de la Adivinación".
Bajo el nombre de Ifá están comprendidos todos los secretos y la sabiduría del complejo sistema adivinatorio utilizado por los pobladores de la parte occidental de África, el pueblo yoruba de Nigeria, cuyo centro es la sagrada ciudad de Ifé, cuna de la civilización. También se encuentra entre los Igbos, Nupe, Wari, Junkun, Togo y Dahomey. En América tuvo su cuna en Brasil y Cuba, y actualmente se encuentra extendido por Venezuela, México, Panamá, Colombia y Estados Unidos.
Cuando se habla de Ifá se refieren también a Orula, quién es el gran benefactor de los hombres y su principal consejero, porque a través de él se revela el futuro y sus influencias. Orula es el poseedor del secreto de Ifá, el oráculo supremo mediante el cual se comunica y a través de sus pattakies o historias orales.
Orula es el intermediario entre los dioses y los hombres, entre los hombres y sus antepasados. Orula personifica a la sabiduría y a la posibilidad de influir sobre el destino, incluso el más adverso. También es considerado como gran médico y como uno de los dueños de los 4 vientos. Desde entonces Orula es el dueño del tablero, el adivinador del futuro y el consejero de los hombres, además de ser el intérprete del oráculo de Ifá. Con gran sabiduría, inteligencia y comprensión Ifá coordina todos los trabajos de los Orishas en el cielo y sirve de mediador. Ifá es la boca parlante de los dioses del panteón yoruba.
El sistema adivinatorio de Ifá utilizado por los Babalawos o Sacerdotes de Ifá consta de 16 Oddunes Meyis (letras primarias) y de ellas se obtienen 256 combinaciones (oddunes o letras secundarias). Cada uno de estos oddunes tiene sus propios refranes, ebbó, pattakies o historias, recomendaciones, animales y plantas que lo representan.
Este sistema adivinatorio ha influenciado en la vida activa, es decir, que en Ifá están atrapados todos los secretos y la sabiduría que marcan los preceptos éticos de la estructura social yoruba. Ha marcado y señalado desde el comportamiento del creyente, hasta las formas de expresión, comida, ropa, colores y ha irrumpido en el desarrollo social de la nación. Ifá siempre ha dado al consultado una seguridad, pues lo ayuda a resolver, en vida, todos sus problemas y le alivia todo la inseguridad.
Quedan pocos días para despedir el milenio, y como todos los años, se reunirán, una vez más, y durante 3 días consecutivos, acreditados Sacerdotes de Ifá o Babalawos pertenecientes a la Comisión Organizadora de la Letra del Año, presidida por el prestigioso awó cubano Lázaro Cuesta, para determinar, mediante el Sistema Adivinatorio de Ifá, el oddún que regirá durante el año 2001, en una ceremonia conocida por todos como: "Letra del año", donde cumplirán ofrendas, ritos y sacrificios en honor a los orishas y se dará a conocer, a todos los fieles de la religión yoruba, los vaticinios de Olofi, sus recomendaciones, refranes, pattakies, orishas regentes y la bandera imperante durante el próximo año en Cuba y en el mundo. Mientras tanto, gocen ustedes de buena salud, en espera de las predicciones de Ifá. Modupue

Porque Ochosi come venado



Ochosi, el cazador, iba por el bosque buscando una presa, cuando divisó un hermoso y grácil venado (o agbani). Aprestando sus armas, comenzó la persecución. Cuál no sería su sorpresa cuando, al llegar a un pequeño claro casi oculto por la fronda, el venado se transformó en una joven doncella quien, despojándose de la piel del animal, la guardó en un hueco. Sin percatarse de que era observada, tomó su canasta llena de quimbombó y marchó presurosa al mercado.
Ochosi se apoderó de la piel y la llevó consigo a casa del awo Irete Suká, quien le hizo ebbó con ella. El cazador regresó entonces al claro, y se sentó en un lugar visible a esperar a la muchacha, quien al rato volvió con la canasta vacía. Viendo a aquel desconocido en el sitio donde siempre ocurría su metamorfosis, le rogó que no revelara a nadie su secreto y que, a cambio, ella sería su esposa.
Sin embargo, no bien llegó a su casa, corrió Ochosi a advertirle a su primera mujer que debía ser amable con su nueva esposa, porque podía convertirse en venado. Piernas le faltaron a la buena señora para salir a pregonar el secreto a los cuatro vientos. La joven, herida por la indiscreción de Ochosi, escapó de la casa con su piel.
Y el pobre cazador, enamorado y abandonado a causa de su indiscreción, siempre pide ofrendas de venado en recuerdo de su amada.
Plato principal: Agbani
Se toma un venado entero, se limpia y se destolla (término campesino que significa despellejar). Se adoba incrustándole pimientos dulces e impregnándolo bien de zumo de naranjas agrias. Se prepara un fuego con carbón y, sobre él, se cuelga el venado traspasado con palos de mangle y naranja agria, dándole vueltas hasta cocinarlo bien. Mientras se asa, con gajos de albahaca se moja la carne con un sazón de ajos y naranja agria.
Plato complementario: Arroz con pollo en cazuelita
Se troza el pollo y se deja en adobo de naranja agria, ajo, pimienta y sal durante unas horas. Se prepara un caldo por separado, utilizando los menudos. Aparte, se sofríen bastantes ajos, cebollas, ajíes y tomates maduros, con albahaca y laurel. Se dora el pollo y se vierten junto con el sofrito y el adobo en el arroz ya lavado. Se cocina primero a fuego vivo con el caldo y pasta de tomate hasta que tome el color deseado. Cuando hierva, se baja del fuego y se deja tapado. Cuando el grano esté a punto de abrir, se le añade cerveza o vino seco y petit-pois. Para servirlo, se adorna con pimientos morrones

17 dic 2006

Olofi "El Creador"

Olofi, el Creador.
Principio, causa, origen y por qué de las cosas, Olofi es en la tradición yoruba la personalización del Dios supremo creado a partir de la nada y convertido en el Gran Hacedor del mundo, de lozanitos y orishas, a los que otorgó poderes para crear el resto de las cosas.
En la santería afrocubana se denomina pataki a la historia mitológica de cada orisha trasmitida por los santeros a otros oralmente. El pataki de Olofi dice que, tras crear el mundo y distribuir los cargos entre sus hijos, se encontró a los hombres enconados. Pero –aseguran los santeros- Olofi simboliza la paz, y por eso se vio obligado a recriminar a su propio hijo Ayáguna, el orisha de las peleas, por azuzar las iras de los humanos, frente a lo que a lo que respondió: “Sin discordia no hay progreso, porque haciendo que quieran dos, quieren cuatro. Así, triunfa el que sea mas capaz y el mundo avanza”. Para los antiguos yorubas africanos, esta es la explicación de la existencia del odio en el mundo…
A juicio de Olofi, el argumento de Ayáguna fue tan coherente que recibió permiso para continuar sembrando la discordia entre los hombres. Pero entristecido por la imperfección de su creación, se retiró del mundo de los orishas, y desde entonces no intervino en más asuntos terrenales. Por este motivo, en los rituales de la santería y de otras religiones afroaméricanas, Olofi, al contrario que otros orishas, no se manifiesta directamente salvo en excepcionales ceremonias durante las cuales es invocado mediante canciones y bailes. Sin embargo, solo unos pocos santeros consagrados a la regla de Ifá, una de las ramas más secretas de la religión afrocubana, pueden recibir directamente sus consejos.